Se bañan.
Lejos de la orilla, despiden el sol.
Flotando, sin tocar el suelo.
Dejan que éste atardecer, les robe una parte de sí.
Que se evapora ,para no volver. Al ritmo de la luz .
Sólo el nuevo día, les descubrirá lo que está naciendo ésta misma noche.
Su inocencia, sigue nadando inagotablemente,siguiendo el color dorado.
Y sólo el último rayo, se podrá apropiar de ella , recibiéndola para siempre .
Ésas risas, que incomodan a la inmensa llanura.
Ésos pensamientos, que está dando forma a extrañas sensaciones, sin saber qué hacer de ellas.
Ése ímpetu, por prolongar el tiempo.
El no encontrar las palabras.
Ése descontrol.
Ésas miradas con nombre.
Los tonos anaranjados, desaparecen,del agua con demasiada prisa.
Ya no ven sus cuerpos.
Y con la opacidad que queda, ya imaginan estar en alta mar.
La áurea nocturna, se va acomodando por naturalidad, con su fiel puntualidad.
Intimidando cada vez más a estos dos seres.
Que gran respeto, y bello panorama.
El último grito diurno ,resisténdose,se perfila por encima del horizonte.
Encendiendo enérgicamente, una brisa rojiza, que aprovecha esparciéndose sin control, su fugaz tiempo concedido.
Invade gratamente, las cuatro retinas a punto de confesar.
No hay nadie más. Que éstos dos seres, que se dejan abducir, por el vaivén que marca el gran océano.
Dejándose llevar.
Afrontan este reto, afín de estar juntos.
Sus rostros absorben el amoroso aire cálido.
Sus deseos desatendidos dan la bienvenida a la negrura.
Sus sentidos se van intensificando gradualmente debajo del agua, que agradablemente les acaricia con permiso.
Devoran todo cuánto les rodea.
Las pocas nubes, se abren, dejando salir a la luna, en el telón.
Redonda y bien contorneada, ordena a todos sus reflejos obedientes, que jueguen a atraparse
entre ellos. Provocando así, un escenario imparable de centellas.
Éstos, relucen alegremente.,Y complacidos, por la única compañía,.demuestran agradecidos, su harmónica obra.
Sus miradas se encuentran de nuevo.
No recuerdan la anterior. Pero ahora, ya no las pueden rehuir.
Se penetran.
El silencio, les ayuda a descifrar su deseo mútuo ,en cada abrir y cerrar de ojos.
Sus secretos, se revelan rápidamente como imágenes dentro de sus pupilas.
Todas las criaturas invisibles a sus ojos, esperan, su unión.
Ahora, los latidos se acumulan sin respetar sus turnos.
El paisaje ha desaparecido.
Las estrellas ya no están.
La luna ya no está.
Las rocas ya no están.
El agua ya no esta.
Todo se ha desvanecido.
Aún no se han tocado.
11/03/2007
Song: After Dark
Artist Tito and Tarantula
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada